La publicidad en internet y el modo de darse a conocer en las redes ha cambiado rápidamente con el correr del tiempo. Las alternativas son muchas, pero no todas son recomendables, ya que cada rubro, cada firma debe saber qué área le conviene más explotar. Es en este marco que surgieron los denominados microinfluencers.
Seguramente tengas presente el término “influencer”. Éste refiere a las personas que son líderes de opinión usando sus cuentas para ello. Se trata de bloggers, youtubers y tweet-stars, lo que significa que son auténticas celebridades 2.0
¿Cuál es la diferencia con los microinfluencers?
Los microinfluencers también son bloggers, youtubers y tweet-stars, pero mucho más específicos, son criaturas de nicho. Entonces, te garantizan que tu inversión se dirija directamente a un público perfectamente segmentado por intereses y, dependiendo del caso, segmentado también por ubicación geográfica.
Estos, con respecto a los influencers, tienen mucha menos cantidad de seguidores, pero generan un engagement mayor, puesto que el uso y abuso de los influencers produjo un desgaste en este medio, haciendo que sus seguidores comiencen a percibir que la comunicación genuina que antes sostenían comenzó a tornarse automática y construida en torno a las campañas.
¿Cuáles son los beneficios que puede brindarme un microinfluencer?
Por empezar, ya mencionamos que el engagement es mayor pese a que su audiencia es más reducida. Esto se debe a que se trata de cuentas muy especializadas que gozan de un prestigio nada despreciable. Si logras que un microinfluencer te recomiende, parte de dicho prestigio será transferido a tu marca por el simple hecho de ser mencionado. Esto potenciará tu imagen positiva y, si todo fue bien aplicado, producirá nuevos clientes potenciales y algunas ventas.
¿Qué tener en cuenta para elegir un microinfluencer?
Más allá de su capacidad de llegada, que por supuesto es muy importante, debemos enfocarnos en su lenguaje, esto es: ¿Comparte este usuario la misma filosofía de nuestra marca? ¿Es cercana al menos? Es imprescindible que la respuesta a este interrogante sea afirmativa para que la probabilidad de que su público sea capturado aumente y que, por lo tanto, la inversión tenga mejores resultados.
Cerramos, entonces, con la frase con la que inauguramos este artículo: “Más vale calidad que cantidad”, una frase nunca mejor aplicada.