Todo emprendimiento está marcado por mucho entusiasmo, incontables proyecciones y plagado de cosas inciertas al mismo tiempo. Podemos tener la visión más bonita del universo pero si no somos capaces de hacerla realidad, esa visión no sirve de nada. Por ello, es muy importante conocer y entender las mejores estrategias para realizar una idea de negocio nueva.
En la actualidad, ningún inversor aporta dinero alguno por una idea que solo está en nuestra cabeza. Por esta razón debemos demostrar que la visión que tenemos ideada es lograble poco a poco, y que al final puede llegar a ser bastante rentable; sobre todo en el mundo online, que cada día está más y más saturado de nuevas propuestas, cambios e innovaciones. Sin embargo, hay que ser realistas, y no pesimistas.
Cuando una empresa nueva inicia su travesía por el marketing digital tiene un gran reto por delante; esto debido a que entrar a mercadear en Internet puede ser intimidante, porque debemos basarnos en las experiencias de las estrategias aplicadas por otras empresas.
Lo realmente cierto es que la clave para el éxito de cualquier negocio está en tener presencia en Internet. Sin embargo, esto no es algo que se logra de un día para otro; es un proceso y como tal requiere de mucha dedicación. En otras palabras, materializar o cristalizar una idea de negocio nueva no es nada fácil, pero SÍ es posible, sobre todo para aquellos que sentimos pasión por todo lo que hacemos.
Regla De Oro: Pensar En Grande Y En Pequeño
Tal vez nos suene un poco contrariado o hasta descabellado, pero no lo es y ya veremos el porqué. Todo nuevo emprendedor está, por lógica simple, enamorado totalmente de su idea de negocio, y en vez de centrarse en los primeros pasos se fija demasiado en la visión final ¡Craso error!
No es que pensar en grande sea irrelevante, por el contrario, nos motiva a llegar a la meta. Pero los pequeños detalles, acciones, herramientas y estrategias son las que van sumando puntos para alcanzar nuestro objetivo. En ese sentido, hay que pensar en grande, pero también pensar en lo pequeño.
¿Cómo es posible? ¿Qué hay que tomar en cuenta? Tal vez sea un poco complicado explicarlo en pura teoría, por lo que se hace más viable hacerlo a través de dos claros ejemplos.
Lo primero es desarrollar una idea a nivel local. Facebook inició como una aplicación para los estudiantes de la Universidad de Harvard. Hoy en día, es la red social más grande de todo el mundo; este proyecto nació focalizado en un pequeño segmento, la genial idea de Marc Zuckerberg funcionó y creció a niveles impensados, hasta convertirse en lo que es.
Mientras que pensar en pequeño para alimentar una idea de negocio nueva se traduce en acentuarnos en una funcionalidad. Así lo hizo el gigante de Mountain View, nos referimos a Google. En sus inicios solo tenían una búsqueda sin anuncios, pero destacaban por devolver resultados mucho mejores que la competencia; allí radicó su despegue hacia el éxito.
Design-Thinking, Un Método Infalible
Al emprender un nuevo negocio nos convertimos automáticamente en diseñadores de nuestra propia empresa. Por lo que es preciso pensar como un diseñador; es decir, utilizar métodos prácticos y efectivos para crear y plasmar innovadoras ideas para nuestra empresa. Se trata del plan Design-thinking, que aplicado a nuestro campo consiste en entender a los usuarios y aportarles soluciones a sus problemas.
Este método comprende cinco pasos claves para el éxito, los cuales no deben aplicarse obligatoriamente en forma lineal; podemos saltar de una fase a otra según nos funcione, en aras de llegar al final. Tales pasos son:
Empatizar
Consiste sencillamente en ponernos en la piel de nuestros futuros clientes. La mejor manera de hacerlo es realizando un análisis previo a la definición de la identidad de nuestro negocio.
Por ejemplo, podemos plantearnos: ¿Qué problema resolvemos y a quién? ¿Por qué optarían por lo que ofrezco y no por lo de mi competencia? ¿Cómo queremos que nos perciban? Estas interrogantes nos llevarán a lograr los objetivos propuestos, al mismo tiempo, nos ayudarán a conocer a nuestros clientes como empresa.
Definir
Tomar en consideración todo aquello que, como empresa, nos aporte valor y nos defina como marca; esto ayudará a visualizar nuestra identidad y “tono de voz” en la web.
Aquí entran en juego el nombre, logo, los colores corporativos, tipografías, estilo de fotografías, eslogan y lenguaje concreto; todo aquello que formará parte importante de nuestros elementos de comunicación, y que por ende, deben estar presentes cada vez que escribamos algo o colguemos alguna foto en redes sociales.
Idear
Tras establecer una identidad clara y directa hay que poner manos a la obra, generando ideas. En ese sentido, nos orientamos como empresa a cubrir las necesidades de nuestros usuarios, pensando más en ellos que en nosotros mismos; porque la clave de todo negocio es ayudar a otros a resolver algún problema o necesidad.
Prototipar
Antes de desarrollar a profundidad una idea de negocio nueva, es recomendable validarla. Podemos hacer una versión “beta” de nuestra web, un prototipo que nos ayude a medir si nuestro negocio tiene verdadero potencial. De ser así, expandimos a plazo medio nuestro objetivo y posteriormente a una idea maxi (con una web súper completa), con algo para vender porque recuerda que la base de todo negocio es vender.
Testear
Debemos atraer a potenciales clientes de modo significativo, y resolviendo un problema de forma simple y diferencial. Para ello, podemos aplicar, por ejemplo, la técnica de regalarles algo a los clientes a cambio de sus correos electrónicos, obtendremos una lista de suscriptores interesados en nuestra temática.
Posteriormente, usaremos esa información creando una serie de emails, con los que buscaremos generar interés y ganarnos la confianza de los integrantes de la lista; si los inspiramos y conectamos las ventas llegarán.
Además, debemos atender las valoraciones y comentarios de los clientes, pues esto hará que la reputación de nuestro negocio incremente. Si mantenemos una reputación alta y opiniones positivas sobre los productos o servicios ofertados atraerá a otros posibles clientes, posicionándonos por sobre la competencia.
Estas orientaciones nos ayudarán a crecer como empresa y lograr el éxito de esas ideas que nos planteamos. Vale destacar que estas estrategias son solo eso, estrategias, y en ocasiones nos encaminan, paso a paso, a lograr las metas propuestas para tu negocio y con mucha presencia y valoración en Internet.
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